Laura A. Etcheverry (*)
Alfredo R. Palacios(*)
Hemos "cazado" las siguientes citas y creemos una obligación docente compartirlas con nuestros lectores.
(1) Presentación
Jorge Luis Borges
"¿Dónde está la sabiduría que hemos perdido en conocimiento? ¿Dónde el conocimiento que hemos perdido en información?, se preguntaba, con elocuencia melancólica, T.S.Eliot. No sé si alguna vez la sabiduría fue de los hombres o si ello es una mera superstición de nuestra presente zozobra, como la Edad de Oro del griego, la dulzura de vivir que precedió a la Revolución Francesa o la Belle Époque. Sea lo que fuere, pienso que es un error sentimental situar las Utopías en el "cualquier tiempo pasado", que suscitó la incrédula sonrisa del austero Manrique. Mejor es divisarlas en el futuro, que puede ser fruto de nuestra voluntad y de nuestra fe, y no en un ayer irrecuperable... No sé tampoco si en el curso de los siglos pretéritos hemos abundado en conocimiento; sé que ahora nos abruma la información trivial y precipitada de lo ocurrido en todo el planeta desde la víspera. Los periódicos son como palimpsestos, cada nueva escritura tapa la escritura anterior y es leída para el olvido, ya que sabemos que la borrará la de la misma tarde. Su tema preferido es la historia contemporánea; todos la leen con avidez, pero suelen ignorar la anterior. Es como si recorriéramos cada día la más reciente página de una incesante y populosa novela y no supiéramos muy bien quiénes son los diversos personajes ni qué les ocurrió anteriormente. Conjugar de un modo armonioso la sabiduría, el conocimiento y la información es el arduo problema que la enseñanza tiene que resolver." [...]
[...] "La palabra moral me trae a la memoria un pasaje de la malévola biografía de Milton que escribió el doctor Johnson. Milton, según se sabe, fundó una escuela particular en cuyo programa figuraban la astronomía, la física, las matemáticas, la zoología y la botánica; Johnson agudamente observa: "La prudencia y la justicia son virtudes de todos los tiempos y de todos los sitios; somos continuamente moralistas y raras veces geómetras... Podemos tratar a una persona casi toda la vida y no tener oportunidad de apreciar sus conocimientos de astronomía o de hidrostática, pero su índole mental moral se revela inmediatamente. Quienes se oponen a mi juicio parecen postular que la misión del hombre en la Tierra es vigilar el crecimiento de las plantas o el curso de los astros. Sócrates pensaba que nuestro deber es evitar el mal y obrar con justicia."
Desde luego, no hay razón valedera para que un hombre se niegue a los placeres del álgebra, de la economía política (si los hay) o de la especulación filosófica, pero concuerdo en lo esencial con el argumento de Johnson. La ética es el mayor problema de nuestro tiempo. A las flaquezas inherentes a la condición humana, nuestra perseverancia ha agregado muchas, de diversa raíz. Básteme nombrar esas raíces, cuya numeración, por cierto, no agotaré: la publicidad que nos induce a creer que la noticia impresa de un hecho es más real que el hecho; la omnipotencia del Estado y el imperialismo, que mide la grandeza de las naciones por la mera extensión de su territorio; el nacionalismo, que exagera el valor de lo ocurrido en el país de cada uno de sus prosélitos; el creciente culto de lo plebeyo, de lo rústico y bárbaro; el abuso de la estadística, que está reemplazando a la ética, ya que se tiende a creer que un delito -la tortura o el secuestro, digamos- es perdonable si es frecuente; el lujo, que es la la distribución despareja de los bienes materiales del mundo, y por ende de los espirituales, que ha suscitado la curiosa creencia de que la gente rica es feliz y promueve la miseria, la codicia, el rencor y el crimen...
Los teólogos afirman que si la divinidad se distrajera del universo durante una fracción de segundo, toda esta máquina de constelaciones y de átomos, desde mi mano hasta la más lejana estrella del firmamento, se esfumaría como un sueño. La conservación es una perpetua creación; continuamente estamos labrando el arca que ha de salvarnos del diluvio. Fritz Mauthner ha observado que todos los hombres descubren que les ha tocado vivir en una época de transición. La nuestra no lo es menos que las demás, futuras o pretéritas. La educación no es un instrumento infalible (ninguno lo es), pero es el más precioso de todos. Tal vez sea el único."
(2) La escuela secundaria
Lauro de Oliveira Lima
Lauro De Oliveira Lima (1921/2013) Uno de los más grandes educadores brasileños,creador del Método Psicogenético y fundador de escuelas experimentales donde aplicó el método creado a partir de las investigaciones de Jean Piaget sobre el desarrollo de la inteligencia en el cerebro humano.
"Cada profesor pretende enseñar todo lo que sabe a los alumnos, caudal que le llevó veinte años adquirir estudiando solamente una disciplina... ¡Por suerte lo que saben no es demasiado! Son preguntas y cuestiones que los profesores, por lo común, no responden ni resuelven. Para ellos el programa es tabú y como tal debe ser devorado, quedando de hecho "el cielo como límite" y su especialidad como único campo para la maratón. No podemos pretender enseñar todo a todos. La escuela tiene, por fin, la formación, inclusive la adquisición de métodos de trabajo.
La cantidad programática tiene un valor muy secundario. Lo que se desea es preparar al individuo para que aprenda solo. Con otras palabras: la escuela es el lugar donde se aprende a aprender. ¿Cuál de nuestros alumnos al dejar la escuela domina el método experimental? Sin embargo, las ciencias están en el currículo, sobre todo para enseñar este método. Se puede decir que la escuela es un aprendizaje metodológico, a la par que un entrenamiento del pensamiento autónomo y creador. Proporcionemos al alumno agudeza de análisis, sentido crítico, hábito de pensar independientemente, estímulo para la creación, y al lado de esto enseñémosle cómo aprender historia, física, química, y él continuará solo su camino, como ocurre con todos los que hicieron que la ciencia y la sociedad progresaran. No es posible que cada profesor suponga que está formando a un químico, a un biólogo, a un crítico literario o a un novelista.
¿Cómo determinar un programa? Por otra parte, ¿qué es un programa? Tomemos un compendio de Geografía: ¿qué libertad tiene un profesor para podar una ciencia? Ciencia es un cuerpo de doctrina y de hechos fundamentales en torno a un objeto. O es homogénea y orgánica o no es ciencia. ¿De dónde deriva, entonces, la libertad programática? O se enseña la geografía, la matemática, o no se enseña. Hay un núcleo fundamental en cada disciplina científica, que es su propia naturaleza, y no puede ser mutilado. Como en la escuela no se desea hacer matemáticos, historiadores, químicos, etcétera, la ciencia no debe ser dada como tratado, sino como instrumento de aprendizaje de métodos. Según este punto de vista, no es el programa lo que tiene importancia, sino la funcionalidad de los datos suministrados en cada momento para resolver el problema del método que esté siendo objeto de entrenamiento. Las incursiones por la ciencia como tratado quedarán a cargo de la motivación que el trabajo determinó en el alumno, de su aptitud para aquella disciplina científica, y de la capacidad del profesor para entusiasmar al alumno de modo de que éste vaya más lejos en un trabajo sistemático de aprendizaje de la disciplina como especialidad. Cuando se dice que un gran especialista es un profesor peligroso, lo que se quiere señalar es que puede desviar los objetivos de la enseñanza hacia la especialización." [...]
[...] "La extensión del programa alcanza hasta donde el profesor consigue incentivar a los alumnos en la investigación, dentro del método en que se los está entrenando. Pedimos que los conocimientos y las informaciones cumplan el papel de herramienta de trabajo reflexivo. Ninguna información debe ser dada si no sirve para ayudar a la resolución de un problema propuesto. Ahora bien, ocurre que la mayoría de los profesores no conoce los métodos específicos de la materia que enseña. Pregúntese a un profesor común de matemática qué es el pensamiento hipotético-deductivo, y probablemente no sabrá caracterizarlo. Lo mismo ocurriría con el de física, si se le pidiese que explicara el método científico. El conocimiento no es funcional por sí mismo. Sirve en cuanto ayuda a resolver problemas. Si consideramos que en el espacio de cinco a diez años, el cuerpo doctrinario de una ciencia se modifica completamente, hoy en día se puede aquilatar la inutilidad de las clases que reciben los alumnos, quienes utilizarán sus conocimientos después de algunos años..."
Referencias
(1) R. Esguerra Barry y otros: El niño y el joven. Motores del desarrollo. Buenos Aires, Ed. Paidós, 1972.
(2) Lauro de Oliveira Lima: Educación por la inteligencia. Buenos Aires, Ed. Humanitas, 1979.
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(*)Laura A.Etccheverry es Profesora de Filosofía y Ciencias de la Educación.
(*)Alfredo R. Palacios es Profesor de Filosofía, y Ciencias de la Educación.
Tomado de: LA OBRA. Revista de educación. La educación del pensamiento. № 7. Julio 1995. Buenos Aires : Ediciones La Obra.S.A.
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