Regalos de lectores. Gracias a Eduardo Hernán del Busto

El Doctor Eduardo Hernán del Busto se graduó en Matemática en la Universidad Nacional de La Plata (1953). Delegado de la misma Universidad ante los Primeros Cursos Latinoamericanos de Perfeccionamiento en Matemáticas, organizados por la UNESCO (1955). Profesor de Probabilidades en los cursos de Actualización para Profesores Secundarios, organizados por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (1965)
Actuó como Especialista en Matemáticas en el Programa Interamericano para Mejorar la Enseñanza de la Ciencia (1965). Actualmente se desempeña como Profesor Titular en la Cátedra de Fundamentos de la Matemática y como Profe sor Titular de Álgebra Lineal, ambos cargos en la Universidad Nacional de La Plata.

Primer Regalo: Vicisitudes de la palabra Álgebra



Segundo regalo: Melancolía de Durero 
Melancolia I. Grabado. Alberto Durero. 1514 

Cuando Dürer en los primeros años del siglo XVI compuso su conocido cuadro Melancolía, se hallaba poseído por un pensamiento central: más bien que ver los mundos desconocidos, quería conocer sus teorías. Esto explica los motivos que acudieron al llamado de su inspiración.
   
El trabajo y la melancolía son la fuerza del hombre. El trabajo inspirado don de pocos presenta cuatro formas: pensar, perseverar, calcular y ejecutar.
   
Así el pensar constituye el tema central del cuadro; es la actitud del ángel. ¡Irresistible calma del melancólico pensar! La perseverancia está simbolizada por el brazo derecho del espíritu, que descansa sobre el libro, nunca abandonado. El cálculo está representado por el compás en la mano. La ejecución se halla indicada por los instrumentos de labor, los que se ven a sus pies.
   
La clepsidra del tiempo y el cascabel encima de la cabeza: "Sea lo que fuese lo que tu mano tenga que hacer."
  
 A su lado el trabajo infantil (aprendiendo la lección) para seguir actuando, igualmente, generación tras generación.
  
 Un lebrel duerme a su vera.
  
 Hay un cuadrado mágico, señal del hondo misterio del cálculo numérico; y una balanza, que es el equilibrio.
La escalera, para construir subiendo. Un cometa a lo lejos, emblema del desorden; y el arco iris: armonía, alianza y paz.
  
 De la cintura del ángel alas-de-águila cuelgan las llaves, que son claves de enigmas. El dinero, en cambio, desdeñosamente caído bajo sus plantas.
   
Pensar, perseverar, calcular y ejecutar: trabajo y melancolía, fuerza del hombre, en la matemática y en la poesía. En cada una, según forma y medida.
   
En la matemática no hay añoranza "sino dulzura de la melancolía, que no es padecimiento, sino aroma en el frasco de un licor evaporado".
  
 "Ah Geómetra, amigo mío clama Saint Exupéry - dime la verdad que te serena el alma. Conocer una verdad es tal vez contemplarla en silencio. Conocer la verdad es tal vez tener derecho, al fin, al silencio eterno. No conozco otra verdad. «Conozco solamente estructuras que me son más o menos cómodas para expresar el mundo. Pero... sin embargo, me pareció algunas veces que se asemejaban a algo...» Pues si busco, quiere decir que he encontrado, porque el espíritu no desea más que lo que posee. Encontrar es ver."
   
Es que para el Geómetra las estructuras sirven para encontrar esencias. De ahí proviene el valor ontológico de la matemática, que, quizás, Jacopo de Bárbari haya querido expresar en el Retrato de Fra Luca Pacioli y el Duque Guidobaldo, pintando cuerpos regulares transparentes, elipses y compases al lado del libro de Euclides.

Bibliografía:
  • del Busto, H. (1968).Vicisitudes de la palabra Álgebra. Escuela Superior de Bellas Artes. Universidad  Nacional de La Plata. Departamento de Físico Matemática.
  • del Busto, H.(1954). Notas sobre matemática y poesía. La Plata: Peuser.

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