De las biografías de dos letras: Aleph y Arroba

Aleph

Dos observaciones quiero agregar: una, sobre la naturaleza del Aleph; otra, sobre su nombre. Éste, como es sabido, es el de la primera letra del alfabeto de la lengua sagrada. Su aplicación al círculo de mi historia no parece casual. Para la Cábala, esa letra significa el En Soph, la ilimitada y pura divinidad; también se dijo que tiene la forma de un hombre que señala el cielo y la tierra, para indicar que el mundo inferior es el espejo y es el mapa del superior; para la Mengenlehre*, es el símbolo de los números transfinitos, en los que el todo no es mayor que alguna de las partes.

Jorge Luis Borges, Posdata del primero de marzo de 1943.

Creemos oportuno las siguientes aclaraciones: 

👉La palabra alemana Mengenlehre significa Teoría de Conjuntos y aparece en el trabajo de Gerog Cantor  Beiträge zurbegründung ter transfinitem Mengenlehre, Math. Ann .t. XLVI, 1895, t. 481 y la letra ℵ es inicial de la palabra alemana Abzählbar cuyo significado es numerable, contable.

👉"Aleph" también es símbolo del hombre como colectiva unidad, señor y dueño de la tierra. El hombre universal y el género humano. Esotéricamente, la unidad, el punto central, el principio abstracto de una cosa. Como signo expresa poder, estabilidad y continuidad; lo superlativo; una especie de artículo o prefijo que intensifica el valor de la palabra. Valor número = 1. ( Elías Gewutz, Los Misterios de la Cávala, pag.12)


ARROBA: 

Lo que sigue es la asombrosa historia de esta palabra y de su signo @, hoy conocido por millones de personas y usado en billones de mensajes electrónicos que recorren el mundo entero. Como es una historia llena golpes de suerte, cambios aparentemente imposibles y sorpresas, vamos a contarla paso a paso.

Arroba

Entre los árabes que conquistaron España y allí vivieron durante siglos, ar-roub significaba "un cuarto" y de hecho era una medida de peso y capacidad equivalente a la cuarta parte de un quintal (o sea a unos 12 kg actuales). Los españoles la adoptaron hacia el 1300, y a partir del 1500 se la encuentra ya en toda Europa.

En 1536 hace su aparición el simbolito @ como representación de la arroba. En una carta enviada por un mercader italiano desde Sevilla a Roma se describe la llegada de tres barcos cargados con tesoros americanos y su reabastecimiento con mercadería europea: "Fue cargada una @ de vino, que aquí vale entre 70 y 80 ducados", dice el interesante documento.

¿De dónde habrá sacado aquel mercader el simbolito? Con anterioridad a esa carta, encontramos en manuscritos medievales algo muy parecido, una pequeña a con una colita hacia arriba, aglutinando la "a" y la "d" de la palabra latina ad ("hacia"). No parece haber conexión entre ese signo medieval y la medida de peso; tal vez los comerciantes empezaron a emplear un signo que conocían de vista, pero ni sabían lo que significaba ni les interesaba mucho, para un uso bien práctico, escribir abreviadamente la medida de peso entonces predominante en el comercio internacional. Así, una notación medieval que estaba en desuso ganó la posibilidad de seguir su camino hacia el futuro. Este fue el primer golpe de suerte de la @.

Sea como fuere, ya en el siglo XVII los testimonios del uso de @ para simbolizar "arroba" son abundantes. Cuando en 1867 el estadounidense Christopher Sholes inventó la máquina de escribir, la arroba aún era una medida corriente y resultaba lógico incluir el símbolo en los teclados, junto con el tándem de letras TM (trade mark, marca registrada), el símbolo $ y algunos más. Pero a principios del siglo XX la universalización del sistema métrico decimal, específicamente del gramo, el kilogramo y la tonelada, iba a quitarle mucha importancia a la arroba y otras medidas antiguas en una buena parte del planeta; aun cuando la onza, la libra y el quintal siguieron (y siguen) siendo usuales en los países de habla inglesa y algún otro caso, como el de Cuba o los mercados campesinos de Sudamérica, la riqueza y la universalidad del sistema de medidas antiguo estaban golpeadas.

Entonces, cuando la @ podría haber entrado en decadencia junto con la medida de peso que simbolizaba, sobrevino el segundo golpe de suerte: su presencia en el teclado de la máquina de escribir la salvó. El salvataje sucedió en los Estados Unidos, donde empezó a usarse ese símbolo para algo que no tenía nada que ver con el peso: para indicar que un precio era por unidad. Por ejemplo, "dos libros, a un dólar cada uno" empezó a escribirse así: "2 books, @ 1$". Este sistema de anotación tuvo un éxito inmediato: era práctico, era breve, no era difícil de escribir a mano... y, sobre todo, estaba disponible (desocupado, casi) en el teclado de la máquina de escribir, Por ese entonces, la @ empezó a llamarse en el mundo de habla inglesa "a commercial".

Y ahora llega el tercer capítulo de esta curiosa historia, y otra vez la suerte va a jugar un gran papel en ella. En 1963, cuando técnicos en informática configuraron el primer código ASCII (American Standard Code for Information Interchange), base de la escritura por ordenador, decidieron conservar la @ que estaba presente en el teclado de las máquinas de escribir. Ese primer código ASCII era muy reducido, sin minúsculas ni acentos y con muy pocos símbolos; fueron excluidos del código los símbolos , &, * y otros. No obstante la @ pasó aquella purga, quizás porque los técnicos no sabían muy bien qué era aquello y creyeron que tenía más uso del que realmente tenía. Realmente, se la usaba ya poco; ni como medida de peso ni como indicador de precio unitario era muy solicitada... ¡y otra vez su poco uso le permitió saltar al futuro! Vean por qué. De los primeros en utilizar el correo electrónico fueron, en los años 70, IBM y Digital. Ambas empresas inventaron sistemas distintos para identificar cada máquina con su usuario. Digital ponía en sus direcciones de e-mail cuatro puntos en cuadro, así ::. O sea, la dirección se escribía: "Nombre de la máquina :: nombre del usuario". IBM en cambio, optó por un lenguaje más natural y puso la palabra de dos letras "at" (o sea, "en") en el lugar donde Digital ponía los cuatro puntos. Así hasta que se dieron cuenta de que ya tenían una especie de "at" en el teclado, o sea la @. Fue redescubierta por el ingeniero estadounidense Ray Tomlinson, inventor del correo electrónico. Tomlinson envió en 1972 el primer e-mail, y para separar el nombre del usuario del domicilio, usó la @. Setecientos años después de su nacimiento como abreviatura de la voz latina "ad", y después de simbolizar durante cuatro siglos una medida de peso y durante 80 años una indicación de precio unitario, el simpático signo encontraba un nuevo y brillante destino.

En inglés la @ recibe tres nombres que sintetizan su historia tal como la hemos narrado: at sign, arroba y commercial a. En francés, portugués y catalán se conoce a la @ por nombres semejantes al que le damos en español: arobas, arrobe, y arrova, respectivamente. Otros idiomas, en cambio, acuden a las más variadas metáforas; en sus respectivas lenguas, la llaman "la a del monito" (búlgaro, serbio), "colita de mono" (holandés, alemán, sueco, afrikaans), "cola de ratón" (chino), "trompa de elefante" (noruego), "gusanito” (húngaro), “caracol” (hebreo, esperanto, coreano), "el perrito" (ruso).
Tomado de: Samoilovich, Daniel. (2005). La pequeña Gran Enciclopedia de la Historia de las palabras. Buenos Aires: Peonza .Ediciones de Mente.


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